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REVISIÓN CRÍTICA DE LA PATOGENIA ACTUAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE Y FUTURAS DIRECCIONES POSIBLES
 

Autores: B. Casanova (1), M. Burgal (2) y F. Coret (3).
Hospitals Universitari La Fe(1) i Clínic Universitari de València (3) i Institut d’Investigacions Citològiques de València (2).
Correspondencia; Bonaventura Casanova i Estruch
       Servei de Neurologia
       Hospital Universitari La Fe.
       Avd. Campanar 21. València 46009. País Valencià

 

 1- Introducción
 
  La Esclerosis Múltiple (EM) se define como una enfermedad inflamatoria de la substancia blanca, (la mielina), del sistema nervioso central mediada por clones autorreactivos de células T que actuarían contra antígenos, (autoantígenos), de la mielina, produciéndose la destrucción de la misma, lo que condicionaría la sintomatología y la aparición de la disfunción. En definitiva la teoría actual lo que propone es que por un mecanismo desconocido se produciría una perdida de la tolerancia frente a determinados autoantígenos, lo que daría lugar a la activación de clones autorreactivos de linfocitos T que a través de un proceso de adhesión al endotelio y penetración a través del mismo al interior del SNC desencadenaría  una respuesta inflamatoria que destruiría  la mielina dando lugar a la sintomatología clínica de la enfermedad (1).
   Éste modelo se basa en:
           1) estudios de modelos experimentales, sobre todo el modelo de Encefalomielitis Alérgica Experimental inducido en animales (2),
           2) estudios de neuroimagen,  Resonancia Magnética fundamentalmente (3),
           3) resultados de diferentes ensayos terapéuticos con medicamentos de base inmune (4-6) y
           4) hallazgos de determinadas alteraciones inmunológicas en los fluidos de los pacientes como son; variaciones en las subpoblaciones linfocitarias (7), actividad de determinadas citocinas (8-9), variaciones en la expresión del HLA (10), presencia de bandas oligoclonales en el LCR (11) y detección de clones de linfocitos T autorreactivos  frente a proteínas y lipoproteínas de la mielina (12-13).
   A pesar de los indudables avances en el conocimiento de la patogenia de la EM, estos no explican en modo alguno los siguientes hechos:
           1- la disfunción progresiva en estos pacientes (14),
           2- la recuperación rápida tras sufrir los brotes (14),
           3- los diferentes patrones de daño de la mielina (15, 4)- la inespecificidad y variabilidad ínter e intrapaciente de la respuesta de los autoanticuerpos frente a proteínas de mielina (16, 5)- los distintos patrones patológicos entre las tres formas evolutivas de la enfermedad (17-18, 6)- la pobre relación entre la efectividad de tratamientos para reducir brotes y la progresión de la enfermedad (4-6 y 7)- La fuerte correlación entre los indicadores de daño axonal en RM y discapacidad (19).
   Así pues ante estas discrepancias, recientemente han aparecido diversos trabajos que revelan la importancia de la patología del axón en todo el proceso de la Esclerosis Múltiple, el objetivo de la presente revisión es intentar ver la patogenia de la EM desde la perspectiva de la afectación axonal.


2- Bases axonales de la Esclerois Múltiple.

   Clásicamente se ha considerado que el axón se afectaba en las etapas tardías de la enfermedad o en formas muy agudas donde había una severa lesión de todo el tejido nervioso, pero ya Truyen (19) en 1993 señaló la importancia del daño axonal en la evolución de la enfermedad y posteriormente la introducción de la Espectroscopia por RM y la Transferencia de Magnetización  (MTR), han delimitado la existencia del daño axonal agudo. Ferguson (20) en 1997 demuestra en un estudio patológico la existencia de éste daño axonal ya en fase aguda de la enfermedad, corroborado en Enero de 1998 por Trapp y cols (21). Y en Mayo de éste año aparecen dos artículos que detectan tanto en LCR como en Orina la presencia de proteínas de procedencia axonal en pacientes afectos de EM, tanto como marcador de fase aguda (en brote) como de destrucción axonal persistente (22-23).
   Así pues se plantean en la actualidad nuevas hipótesis etiopatogénicas de la enfermedad, al considera el daño axonal un elemento ya presente en los estadios precoces de la enfermedad, que aparece así mismo en la fases de reagudización (brotes) y además es el único parámetro medido que en el momento actual se puede correlacionar con la incapacidad y la progresión de la misma.
   Es por esto que adquiere especial importancia centrar los estudios en EM en éste apartado concreto. Las preguntas que nos hacemos son: ¿Qué causa la lesión del axón?, ¿Cómo se lesiona el axón?. ¿Cómo influyen la lesión del axón en el proceso de desmielinización?. ¿Cómo influye el daño axonal en el proceso de remielinización?. ¿Qué ocurre en la EM para que un daño axonal desencadene una respuesta inflamatoria distinta a otras enfermedades con daño axonal del SNC?.


3- Hipotesis axonal de la Esclerosis Múltiple

   Köller i cols en 1996 (24) demostraron que el LCR de pacientes afectos de EM inhibía las corrientes de Na+, ésta inhibición de las corrientes de Na+ tienen como consecuencia la hiperpolarización del axolema y la producción de un bloqueo de la conducción del estimulo nervioso (25). Estos autores demostraron, además, que éste fenómeno no era debido a citocinas (IL-1?, IL-2, IL-6 o TNF-?), apuntando la posibilidad que una proteína termosensible como causante de éste bloqueo de la conducción al abolir su actividad con el aumento de la temperatura. Estudiaron 15 pacientes afectos y 12 controles, no pudieron encontrar relación con el tipo de EM o la actividad de la misma, pero sí con los niveles de síntesis intratecal de IgG, estableciendo una relación entre el proceso inmunológico intratecal y la actividad bloqueante. Éste estudio era la continuación de otro experimento en mioblastos llevado a cabo por Brinkmeier i cols. en 1993 (26).
   El planteamiento actual sería estudiar que mecanismos dan lugar al daño axonal, como y porqué se afecta el citoesqueleto de la neurona y como la inhibición eléctrica de la neurona, es decir la pérdida de su función primordial, actúa sobre el proceso de desmielinización, de remielinización y de desencadenamiento de una respuesta inflamatoria.
   Partir de ésta hipótesis supone que las siguientes presunciones bien son ciertas, bien pueden ser demostradas:
1- Existencia de un daño axonal precoz en el curso de la EM
2- Existencia de una alteración eléctrica del axón precoz.
3- Existencia de una substancia específica en pacientes afectos de EM, capaz de producir una inhibición eléctrica del axón.
4- Existencia de una relación entre la actividad eléctrica de la neurona y la respuesta inmune.
5- Existencia de una dependencia de la mielinización (desmielinización, remilinización y mielinización normal) del axón, estructural i eléctricamente.
6- Existencia de una respuesta inmune inespecífica frente a la mielina.
7- Pérdida de la tolerancia de los componentes de mielina, por alteraciones en las relaciones entre el oligodendrocito, astrocito y el axón.
4- Patogenia de la EM desde la afectación axonal

A- Daño axonal agudo en la E.M.

         A-1- Estudio Patológicos.

   Históricamente se ha considerado el daño axonal en las fases tardías de la enfermedad. Pero tanto Charcot(27) como Dawson (28) ya señalaron alteraciones axonales en lesiones agudas. El curso de la enfermedad es, al menos inicialmente remitente-recurrente, y así una lesión axonal que se asume es permanente difícilmente explicaría la sintomatología a brotes, pero otro estudio importante de Peters en 1968 (29) demostró que lesiones axonales agudas podían ser reversibles. Bajo estos dos presupuestos Ferguson i cols (20). demostraron, mediante técnicas inmunocitoquímicas, que en lesiones agudas de EM existía un deposito de la proteína precursora de amiloide (APP). La APP es una proteína que se encuentra en las neuronas y es transportada a través del axón por transporte rápido(30), cuando se lesiona el axón, el citoesqueleto del mismo se daña, posiblemente por entrada de Ca++, produciendo una interrupción del flujo axonal y acumulación de organelas (31). La APP no se detecta en condiciones normales por técnicas de inmunocitoquímica y su detección por éste método evidencia el acúmulo de la misma por fallo del transporte axonal (20). Así pues, en este trabajo lo que se demuestra es la interrupción del flujo axonal normal en lesiones agudas activas y dentro de lesiones crónicas, en aquellas zonas donde existe una actividad inflamatoria.
   Con posterioridad Trapp i cols (21), mediante estudios de inmunocitoquímica y de microscopía confocal encontraron que existe un daño estructural del axón, con formación de ovoides y degeneración walleriana, en las lesiones desmielinizadas. Estos autores especulan con que éste daño axonal es el resultado de la actividad inflamatoria en la placa de desmielinización, abundando así en la teoría clásica que enfatiza el daño de la mielina en primer lugar.
  La lectura de estos dos trabajos es distinta, así en el primero se demuestra un daño fundamentalmente funcional, aunque también estructural del axón, mientras que en el segundo el daño es estructural.
  Aparte de estos dos estudios de carácter patológico, existen dos aproximaciones más al daño axonal agudo:
      A) Estudios de RM por espectroscopia por emisión de protones y
      B) Estudios de RM convencional.

      A-2- Estudios de MRS.


         La MRS es una técnica que permite la detección de determinados elementos (colina, grupos aspartato- N-acetil-aspartato, creatinina, ácido láctico), que indican la  estructura de una “zona de interés” -VOI-. De los diferentes compuestos analizados el NAA es una substancia que se encuentra en la neurona, en el precursor de la oligodendroglia y en el macrófago, si bien las cantidades en estos dos elementos son muy bajas,  por lo que se considera que el NAA es una marcador de la neurona. Los primero estudios con ésta técnica llevados a cabo por Arnold y Matthews (1991) (32), demostraron una marcada reducción de NAA en las placas desmielinizadas, lo cual era interpretado como daño axonal en el interior de las mismas, corroborado posteriormente por el estudio de Arnold en 1992(33). EN 1994 el mismo Arnold demostró una fuerte correlación entre el daño axonal medido por la reducción de NAA, y la progresión de la enfermedad (34).    Dos puntos clave en el desarrollo de la patogenia de la enfermedad son los dos estudios de Davie, el primero que caracteriza la lesión axonal por MRS en lesiones agudas (35) y el segundo que muestra como la EM se comporta igual que una ataxia degenerativa (36), demostrando un daño axonal con severa repercusión funcional en los pacientes, sin que existiera lesión desmielinizante. Se introduce el concepto de Substancia blanca aparentemente normal (NAWM). En 1998 Fu i cols, demuestran la alteración axonal en la NAWM, éste hecho se acompaña por el estudio de la NAWN con MTR, que demuestra alteraciones de la misma mucho antes que aparezcan lesiones en la RM (37).
   Estos hechos se pueden interpretar como la existencia de lesiones tanto axonales como de substancia blanca, sin poderse concretar donde están las alteraciones primarias y primeras, antes de que se hagan evidentes las lesiones con las técnicas de RM convencional, considerada hasta la fecha como el marcador más sensible sobre todo de lesiones agudas. Abriendo nuevas posibilidades al conocimiento patogénico de la enfermedad.

      A-3- Estudios de afectación axonal por medios de RM convencional.


          La introducción de la RM, supuso una verdadera revolución en el proceso de diagnóstico de la EM, alcanzándose con ésta técnica un 95% de sensibilidad, si bien con una especificidad más baja. Con la llegada de nuevos tratamientos se intentó utilizar ésta como un marcador de progresión y actividad de la enfermedad (38), apareciendo las primeras discrepancias en cuanto se intentaba medir la actividad y progresión de la enfermedad y correlacionarla con la RM, los estudios se habían llevado a cabo con imágenes obtenidas en T2. Esta discrepancia obligó a delimitar mejor que era lo que se estaba midiendo y así se llegó a la conclusión que la RM en T2 era altamente inespecífica, ya que las lesiones hiperintensas características de la enfermedad representaban tanto desmielinización, como gliosis o edema, tampoco los estudio con Gadolinio muy sensibles para detectar “derrame”- lesión de BHE y lesión aguda de naturaleza inflamatoria, se podían correlacionar con la progresión de la enfermedad (39-43). Fue Truyen y cols en 1990 los primero que relacionaron las lesiones hipointensas en T1, posteriormente denominadas “black-holes” –agujeros negros-, con la progresión de la enfermedad. Posteriormente estos agujeros negros se ha visto que corresponden al daño axonal crónico (45). En el mismo sentido dos estudio de Wandelween(45,46) y dos de Loseff (47,48) han corroborado suficientemente que la medida del daño axonal, bien por los cambios de volumen de los agujeros negros, bien midiendo el grado de atrofia cerebral o de la medula espinal, son los únicos factores que se correlacionan de forma estrecha con el grado de discapacidad y la progresión de la misma.

   Como resumen al primer punto podemos decir que en la actualidad esta demostrado el daño funcional agudo del axón, el daño estructural del mismo, la aparición del daño axonal antes de la detección de lesión en la substancia blanca y la correlación entre el acumulo de lesión axonal y la progresión de la discapacidad.

 B- Existencia de una alteración eléctrica del axón precoz, en el curso de la EM.
 
   Existe un desconocimiento de cual es el daño más precoz a nivel patológico en la EM. No obstante conviene revisar lo que en la actualidad se conoce, así tenemos que de los diferentes estudios de inmunocitoquímica y patología se ha acordado que el daño más precoz se situaría a nivel de la BHE, con rotura de la misma y entrada de linfocitos T autorreactivos que darían lugar a la lesión de la mielina. Pero éste hecho es posible que no sea exactamente así, en este sentido cabe señalar el trabajo de Gay y Asiri de 1991 que demostraron la integridad estructural de la BHE en fases precoces de la enfermedad (65), y el estudio posterior que demuestra como existe en fases muy tempranas de la enfermedad un daño axonal, a la vez que una activación de la microglia, y de los linfocitos B, aun sin alteración estructural de la BHE, y que ésta ocurre más tardíamente, y cuando se produce, da paso a la aparición de los linfocitos T64. Estos mismos autores demuestran que la localización de las lesiones y la cadena de acontecimientos se produce desde el LCR a través de los espacios subaracoideos, por la difusión de alguna substancia que actuaría desencadenando una respuesta inmune. ¿Cómo puede producirse esto?. Es cierto que en la actualidad no ésta demostrada la inhibición aguda eléctrica del axón, pero indirectamente podemos suponerla como veremos en los siguientes apartados y sobre todo por el resultado del estudio de Ferguson con la APP, que ya hemos visto que demuestra la lesión funcional axonal precoz, manifestada por el detenimiento del flujo axonal rápido.

C- Existencia de una substancia específica en pacientes afectos de EM, capaz de producir una inhibición eléctrica del axón.

   Volviendo al trabajo de Köller (24), éste demostró la inhibición eléctrica del axón al ponerlo en contacto con LCR de pacientes afectos de EM, pero no fueron capaces de aislar la substancia que producía éste hecho.  Recientemente se ha conseguido encontrar un marcador en orina de pacientes afectos de EM que inducen una actividad gliotóxica sobre una línea de células macrogliales inmortalizadas; ésta substancia, todavía no aislada, tiene una sensibilidad del 91% y una especificidad del 97% en el diagnostico de EM. El mecanismo de acción de ésta hipotética substancia en la EM se desconoce.

D- Existencia de una relación entre la actividad eléctrica de la neurona y la respuesta   inmune

   La respuesta inmune depende de la expresión de moléculas HLA en la superficie de las células implicadas en los proceso inmunes, en condiciones normales en el SNC, ninguna de las células que lo forman expresa en su superficie moléculas del sistema HLA, pero Neumann i cols, demostraron que las neuronas que eran inhibidas eléctricamente, tanto por técnicas de “path-clamp”, como con electromicroscopía confocal, expresaban en su superficie moléculas del Sistema mayor de Histocompatibilidad de clase I (MHC-I) (49,50), éste hecho ya había sido observado con anterioridad por Maehler (51) i cols , y ha sido corroborado por varios estudios posteriores, así Gundersen i cols, demuestran como la actividad eléctrica de la neurona (su inhibición) actúa en la regulación al alta (up-regulation) de moléculas MHC-I y MHC-II en el músculo dependiente del nervio bloqueado (52), y finalmente Neumann i Wekerle publican el control neural sobre el sistema inmune, uniendo así el concepto de neurodegeneración con la inmunidad cerebral(50). Y más recientemente todavía, estos mismo autores demuestran la expresión de moléculas MHC-II por parte de la microglia, cuando se produce una inhibición eléctrica del axón(53). En el mismo sentido abogan los hallazgos  de microglia activada que expresa HLA de tipo II en la enfermedad de Binswanger (54), en las placas seniles de la enfermedad de Alzheimer en relación con los depósitos de proteína beta amiloide (55), o de forma inusual sobre las neuronas  de dos pacientes con enfermedad de Pick (56). También en el cerebro y la medula espinal de pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (57) se han detectado microglia/macrófagos activada con elevados niveles de antígeno común leucocitario, receptores Fc de inmunoglobulinas gamma R1,  de complemento y expresión de moléculas de clase I y II en las áreas afectas así como un numero significativo de linfocitos T CD4 y CD8 alrededor de las paredes de los capilares y venulas.  Si estos cambios se pueden explicar únicamente como fenómenos secundarios o por el contrario se deben a una infección por virus lentos o bien reflejan fenómenos autoinmunes primarios desencadenados por la alteración o perdida del metabolismo celular normal  con la  consiguiente acumulación de materiales de deposito, y/o modificación de los elementos del citoesqueleto  celular que pudieran inducir la perdida de la tolerancia antigénica, son interrogantes que permanecen sin respuesta
   La EM aunque considerada una enfermedad mediada por Linfocitos T cooperadores (CD4), pero éste hecho lejos de estar provado, presenta demasiadas evidendicencias que lo ponene en duda como mecanismo rimario de la enfermedad, y así Pelfrey y cols, entre otros,. muestran evidencias de diversidad de respuestas celulares y humorales  contra la mielina  y otros Atg(58).  Se acepta clásicamente  que existe una activación de linfocitos B con  producción  intratecal de inmunoglobulinas que muestran patrón oligoclonal, cuya detección en LCR y no en suero es de gran utilidad para el diagnóstico (59). Además en la fase crónica de la enfermedad predomina la respuesta inmune de tipo humoral, y la destrucción de la mielina está mediada por inmunoglobulinas, que también están implicadas en los procesos de reparación de la mielina a través de la activación de los oligodendrocitos y otros efectos inmunomoduladores  estimulando así la remielinización (60-62).
   Los estudios patológicos donde lo que se veía era una infiltración por macrófagos y células T CD4, verificados con el modelo de la Encefalomielitis alérgica experimental han hecho que por analogía se proponga que el daño a la mielina mediado por los linfocitos CD4 + activados en sangre periférica y reactivados en el interior del SNC tras penetrar la BHE es el primer acontecimiento en la génesis de la placa de EM. Sin embargo no hay evidencias directas de  la especificidad de los linfocitos CD4 sobre una diana antigénica y en los infiltrados inflamatorios de las lesiones activas se encuentran múltiples poblaciones de linfocitos T, incluyendo CD8 CD4 y gamma-delta, macrófagos y microglia. Todos estos hechos ponen en tela de juicio el desencadenaste patogénico de la enfermedad y al descubierto el desconocimiento de la génesis que daría lugar a la respuesta inmune. Tal vez conceptos inamovibles durante años comiencen a ser menos convincentes como exponente de ello el estudio de Gay i cols,  ha demostrado que en las lesiones muy precoces lo que hay  es una activación de la microglia, y que el linfocito CD4 aparecería en fases posteriores (64).
   La expresión de MHC-I está ligada  a la respuesta inmune mediada por linfocitos citotóxicos (CD8), siempre y cuando linfocitos cooperadores hayan sido activados en su proximidad por fragmentos de Atg. presentados por moléculas MHC-II, mientras que los linfocitos B reconocen Atg libres desencadenando la producción de inmunoglobulinas. De los estudios de Neumann y Wekerle (49,50) se desprende que el “espacio” inmunológico queda preparado tras ser inhibida la normal polarización de la neurona, merced a la expresión de moléculas MHC-I por parte del axolema y de moléculas MHC-II por la microglia, de forma que ésta ya puede presentar el Atg, cualquiera que éste sea, al sistema de vigilancia inmune y comenzar la respuesta inflamatoria desde el interior del SNC, y desde ahí difundir al organismo, de acuerdo con los estudios patológicos de Gay y Esiri (64,65).
   En la EAE modelo de la EM, la presentación del Atg (péptido de mielina a los linfocitos CD4) se realiza por  moléculas  HLA de clase II sobre macrófagos. Sin embargo varios estudios (66) han probado la posibilidad de generar linfocitos CD8 citotóxicos específicos para péptidos de mielina presentados por moléculas de clase I sobre los  OLG. En base a ello Jurewizc y cols (67)  han demostrado la vulnerabilidad de los Oligodendrocitos a células CD8  citotóxicas especificas para péptidos de PBM mediante lisis restringida por HLA clase I. También en el modelo de encefalomielitis por virus Theiler y en la mielopatía por virus HTLV1 la desmielinización esta mediada fundamentalmente por los linfocitos T CD868 .


E- Existencia de una dependencia de la mielinización (desmielinización, remilinización    y mielinización normal) del axón, estructural i eléctricamente.

   Shrager i cols, han  mostrado la estrecha relación existente entre la mielinización y el bloqueo de los canales de K+, estudiando el posible papel de la actividad eléctrica en el desarrollo de la misma, observaron que la inhibición eléctrica actúa inhibiendo a los astrocitos, de forma que estos secretan menos PDGF, lo que impide la proliferación correcta de la proliferación de los precursores del Oligodendrocito (69). Estos autores no encontraron disminución de la mielinización al bloquear la conducción axonal. Pero con posterioridad Demeners (70) i cols han demostrado que la actividad eléctrica del axón es necesaria para una correcta mielinización. Existe pues una discrepancia en el papel que pueda desarrollar la correcta función eléctrica del axón en el proceso de mielinización. No obstante lo que si está demostrado es que el correcto funcionamiento de los canales iónicos es necesario para que la mielinización se lleva a cabo de forma normal.
   Así tenemos que la activada eléctrica y el estado de los canales iónicos en el axolema y en las diferentes porciones del axón son necesarios para que se lleve a cabo la mielinización adecuada del axón, por lo que se puede desprender que si existe un daño axonal, ésta va a estar alterada. En esta línea se han manifestado recientemente diversos autores, que han enfatizado la necesidad de llevar a cabo ensayos con medicamentos que restauren la conducción axonal y con factores neuroprotectores (71).

F- Existencia de una respuesta inmune inespecífica frente a la mielina.

   1- La respuesta inmune se basa en el reconocimiento por parte de Sistema Inmune de una substancia que no se reconoce como propia y frente a la cual actúa merced una cadena de acontecimientos que tiene como fin último separarla del organismo y destruirla. La respuesta autoinmune es fruto de la perdida de la tolerancia del sistema inmune frente a componentes normales del propio organismo. En la actualidad se sospecha que la EM es una enfermedad autoinmune donde se ha perdido la tolerancia frente a determinados componentes normales de la mielina. Inicialmente se pensó que seria la proteína básica de mielina (PBM) la substancia frente a la cual se desarrollaba el fenómeno autoinmune, pero se han descrito una gran variedad de proteínas y lipoproteínas frente a las cuales existen clones autorreactivos de linfocitos T, este repertorio de clones autorreactivo varía para cada paciente y varia, igualmente en el mismo paciente, en diferentes momentos de la enfermedad. Éste fenómeno se ha dado en llamar “difusión” –spreading- antigénica y supone una alta inespecificidad en la respuesta autoinmune en la EM, de forma que más bien parece que se trate de un fenómeno secundario más que patogénico en el curso de la enfermedad (13).
   2- Tampoco lo que sabemos en la actualidad de la inmunopatología de la EM, se puede considera un fenómeno propio de la misma, así existe una gran similitud entre la respuesta inmune en la EM y otras enfermedades desmielinizantes de base genética como la Adrenoleucodistrofia (72), lo que supone que existe una vía final similar de daño sobre la mielina, una vez activado el sistema inmune celular mediado por células CD4.
   3- La incapacidad para aislar una substancia que actúe como Atg específico de la EM.
   4- Los pobres resultados de los tratamientos basados en estrategias frente a la actividad e las células T, y en general de base inmunosupresora, en concreto el desarrollo de tratamiento basados en anticuerpos monoclonales antiCD4 (73).
   5- Se puede abundar en ésta línea de razonamiento atendiendo a los múltiples mecanismos lesionales descritos para la destrucción de la mielina en la EM, así  Stoech i cols, han publicado recientemente una revisión donde describen hasta ocho tipos distintos de lesión de la mielina en casos de EM (74).
Estos hechos indican que la respuesta inmune frente a la mielina en la EM es extremadamente inespecífica y más una consecuencia de un proceso patogénico que en la actualidad solo se entreveé que el proceso patogénico en si mismo.

G- Pérdida de la tolerancia de los componentes de mielina, por alteraciones en las relaciones entre el oligodendrocito y el axón. Posible papel del astrocito en el mantenimiento de la tolerancia inmune

   Éste hecho ya es más controvertido y menos estudiado, parte de la hipótesis que la relación normal entre el axón y la mielina es el origen de la tolerancia inmune de ambos componentes y que la pérdida de ésta adecuada relación daría lugar a la pérdida de la tolerancia por parte de sistema inmune, desencadenando la respuesta inflamatoria y dando lugar a la fase inflamatoria de la enfermedad.  En 1992 Barres i cols demostraron que la proliferación de precursores de oligodendrocitos dependía de la liberación de factores neurotróficos estimulada por la actividad eléctrica del axón (75). En éste mismo estudio se demuestra que la perdida de actividad eléctrica del axón da lugar a una perdida de la mielinización, y que esta se puede recuperar añadiendo al cultivo PGDF. Lubetzki (76) i cols en 1993 publicaron un trabajo donde demostraban que el oligodendrocito era capaz de producir vainas de mielina, únicamente sobre el axón, y no sobre las dendritas u otras estructuras celulares, a diferencia de lo expuesto por otros autores, demostrando que lo que se producen son figuras de mielina, estructural y funcionalmente diferente a la mielina producida en condiciones normales. Así pues queda demostrada la necesidad de una actividad eléctrica normal y además la necesidad de factores neurotróficos para llevar a cabo una mielinización normal. Existen al menos dos líneas de razonamiento que necesitan demostración en la E.M.; por un lado el papel del astrocito, ya que esta comprobado que ésta célula está implicada directamente en el mantenimiento de la tolerancia inmune cerebral al regular la supresión de la fagocitosis producida por la microglia (77)  y en la muerte celular programada, merced la liberación de factores tróficos que impiden la apoptosis (78); y por otro la acción de la actividad eléctrica de la neurona en la liberación de factores neurotróficos reguladores de la expresión de las moléculas HLA-II por parte de la microglia (53).
   Si estos son hechos aislados o están relacionados en la E.M. es algo que no se sabe, pero existen suficientes datos que permiten inducir que una actividad eléctrica anulada en el axón da lugar a la perdida de factores tróficos neuronales posiblemente también a una alteración del astrocito, con una alteración funcional secundaria de la microglia merced a estas dos  circunstancias, lo que unido a una mielinización anómala, deja el terreno dispuesto a que se produzca una respuesta inmune frente a una mielina malformada en un contexto de activación inmune.

5- Conclusión. Hipótesis para una nueva concepción de la EM

   Por todo lo expuesto, podemos partir de la siguiente hipótesis:

1- Existencia de una substancia en los pacientes afectos de E.M. capaz de inhibir la actividad eléctrica de los axones.

2- Alteración de la estructura del axolema que da lugar a una expresión de MHC-I y alteración de los canales iónicos, en el primer caso se desencadenaría una respuesta inmune frente al axón y secundariamente frente a la mielina y en el segundo caso, la alteración de los canales iónicos daría lugar a una alteración de la remielinización.

3- Alteración estructural del axón, con expresión tanto en LCR, con liberación de substancia propias del axón (demostrado), APP y Tripletes de NF. Como en la neuroimagen y en concordancia con la evolución clínica de los pacientes.

4- Existencia de factores predisponentes particulares para la producción del daño axonal, hipomagnesemia. Y susceptibilidad individual al desarrollo de determinadas respuestas inmunes-inflamatorias y condicionantes de remielinización / desmielinización, factores neurotróficos, en concreto el Factor de Crecimiento Plaquetar. (Estudios de alteración de la plaqueta).

   En definitiva el arranque  de ésta hipótesis es considerar un daño primario axonal, mecanismo no desconocido en patología neurológica, siendo en éste punto importante reseñar el trabajo de Piller i cols, que demuestra como una partícula proteica derivada del virus de SIDA genera una corriente de Ca++ capaz de producir la muerte celular en neuronas del hipocampo, a través de la producción de canales iónicos de Ca++ (79). Y desde ésta lesión inicial en el axón se desencadenaría la respuesta inmune que daría lugar a la desmielinización, expresándose así las dos posibilidades evolutivas de la enfermedad una inflamatoria en relación con la inflamación aguda y la alteración en el bloqueo axonal de la conducción que tendría su representación en la aparición del brote clínico y su expresión patológica y por RM, y la expresión crónica con un daño axonal permanente y seguido que da lugar a la forma progresiva de la enfermedad.
 
 
 Bibliografía

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